lunes, 31 de marzo de 2014

ENREDADA POR EL HECHIZO DE CELESTINA

SOBERANO DELEYTE

María Luisa Arnaiz

Willi Kissmer

   “Conjúrote, triste Plutón, señor de la profundidad infernal… Yo, Celestina, tu más conocida cliéntula, te conjuro por la virtud y fuerça de estas bermejas letras, por la sangre de aquella nocturna ave con que están scritas… por la áspera ponzoña de las bívoras de que este azeyte fue hecho, con el qual unto este hilado; vengas sin más tardanza a obedecer mi voluntad… hasta que Melibea… lo compre, y con ello de tal manera quede enredada que quanto más lo mirare, tanto más su corazón se ablande a conceder mi petición… si no lo hazes… ternasme por capital enemiga… confiando en mi mucho poder, me parto para allá con mi hilado, donde creo te llevo ya embuelto”. Este es el famoso hechizo del que fue víctima Melibea a tenor de la violenta pasión que concibió por Calisto. Su poder venía de las víboras (la representación como serpiente del diablo pasaba en el imaginario cristiano por símbolo fálico) y gracias a él Melibea gozó durante un mes del “soberano deleyte”.

5 comentarios:

  1. Hay que recurrir a tan eficaces hechizos para rememorar tales éxitos

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  2. Ahora tenemos el ácido hialurónico y lo compramos en las parafarmacias, jajaja.
    Salu2 muy encantado, Mª Luisa.

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  3. Cuánta fama alcanzaron hechizos, conjuros, pócimas y demás... Y a mí que me da que eran la excusa para desatar la pasión lasciva escondida en interiores pacatos...

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  4. Me encanta leer ese castellano, me entretengo despacio, y creo que en castellano moderno los hechizos pierden fuerza. Un abrazo

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