TIRANT
LO BLANCH II
María Luisa Arnaiz
Susanne
Wehmer
“Reposaos, señor, y no queráis usar de tanta
fuerça, que las fuerças de tan delicada doncella no bastan para resistir a tal
caballero. No me tratéis, por vuestra gentileza, de esta manera. Las victorias
de amor no con fuerça mas con mañosos halagos y dulces ingenios se alcanzan. No
porfiéis, señor, no seáis cruel. No penséis que esto sea batalla contra
infieles. No queráis vencer lo que está vencido de vuestro amor. Hacedme parte
de vuestra valentía para que os pueda resistir. ¡Ay, señor!, ¿cómo os puede
deleitar cosa forçada?, ¿cómo es posible que el amor consienta que hagáis mal a
la cosa amada? Deteneos, señor, por vuestra virtud y mucha nobleza. Guardad,
señor, que no deben cortar las armas del amor ni ha de herir ni llagar la lanza
enamorada. Tened piedad y compasión de esta sola doncella. ¡Ay, caballero falso
y cruel! ¡Señor Tirante, aved compasión de mí! ¡No sois vos Tirante! Triste de
mí, ¿y esto es lo que yo tanto deseaba? ¡Oh esperanza de mi vida, muerto habéis
a vuestra Princesa!”
“Cómo Tirante venció la batalla y por
fuerça de armas entró en el castillo”
NOTA:
En la obra aparece por primera vez la leyenda que originó la “Orden de la
Jarretera”.
Desarmada
ResponderEliminarDicen que el autor utiliza su propia experiencia en el relato de algunas aventuras. Tengo que volver a leer la novela. Un abrazo
ResponderEliminarY yo que creía que el erotismo empezó en Perpignan con lo del Tango en París?
ResponderEliminarPerdona, ML, ya sé que no viene aquí a cuento, lo sé, pero tu blog tiene mucha audiencia y ... Sanidad rechaza uno de cada cinco tratamientos contra el cáncer por su coste ... http://bit.ly/1myy9BV (Unos verdaderos Hijos de p..a)
ResponderEliminarMil disculpas
Las ligas son para desligarlas ¿no?
ResponderEliminarSalu2, Mª Luisa.