miércoles, 12 de febrero de 2014

AROMA DIVINO

EL INCIENSO Y EL HELIOTROPO

María Luisa Arnaiz

Peter Worswick

   Entre las amantes que poseyó Helios, Leucótoe, “la más hermosa del país de los aromas” -Persia-, le hizo olvidar a sus antecesoras. Para forzarla, tomó la apariencia de la madre de la princesa y se introdujo en la habitación, donde ella hilaba junto a unas esclavas, diciendo a estas: “El asunto es secreto, retiraos”. Empezó a besarla pavoneándose, “me gustas, créelo”. Recuperó su aspecto y ella, aterrorizada, “sufrió su violencia”. Al punto su despechada hermana Clitie “difunde el adulterio” y se lo dice a su padre que, sin hacerle caso, “me violó contra mi deseo”, decide enterrarla. Cuando lo supo Helios, quiso darle vida con el calor de sus rayos pero solo pudo perfumarla con néctar. “Vas a tocar el cielo”. Se deshizo y surgió la planta del incienso. Clitie se dejó morir y se convirtió en heliotropo.

9 comentarios:

  1. Una interesante historia que no sólo se da en la mitología.

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  2. Ya no se narra la historia del mundo, de las personas y las cosas de este modo. Y es bellísimo, la verdad.
    Un abrazo.

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  3. Estos dioses, siempre tan abusones.
    Salu2, Mª Luisa.

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  4. Me encanta tu manera de contar, muy linda y didáctica

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  5. En el alfeizar de la ventana tengo ahora mismo una planta de incienso. De ahora en adelante siempre que la vea me acordaré de tan bella historia.
    Un abrazo

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  6. Eso le pasa por jugar con fuego!!! Tuvo su merecido.
    Un abrazo,Mª Luisa.

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  7. Qué belleza! Los relatos de mitología que nos narras me deslumbran siempre!

    Un abrazo.

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  8. Un hermoso relato que encandila. Y perfumado con el aroma a incienso que me encanta; al igual que tu forma de narrar.
    un abrazo.

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