María Luisa Arnaiz
Una de milicos, Aldo
Bahamonde
Aunque existe una ninfa con el nombre de
Dérceto que sedujo al adolescente Lapithaon, habla Diodoro de una diosa con el
mismo nombre que, por ofender a Venus, concibió una extremada pasión por un
pastor. Tras parir una niña, se sintió avergonzada de su falta y la abandonó en
un fragoso paraje, donde fue cuidada por unas palomas. La encontraron unos
pastores y la llevaron al encargado de los rebaños del rey Simmas; este la
prohijó y le dio el nombre de Semíramis, paloma. Entre tanto Dérceto, mandó
matar a su amante e intentó suicidarse arrojándose a un lago; los dioses la
salvaron y, caso único en la mitología clásica, se la representó como una
sirena en la forma que hoy la conocemos. Sirva la historia como denuncia de los vergonzosos cantos de sirena dados por España sobre los muertos
en aguas ceutís, aunque nada palie el inhumano dolor de cuantos intentan
llegar a Europa.
Esa y la de Melilla es nuestra historia negra actual, más denigrante
ResponderEliminarComo siempre, el muerto al hoyo. Qvi prodest?
ResponderEliminarSalu2, MªLuisa.
Maria Luisa, te felicito por denunciar el eterno problema que los gobernantes de aquí y de allí, no solucionan y no aceptan la responsabilidad que tienen en esta tragedia.
ResponderEliminarYo también he querido tener un recuerdo para las víctimas publicando en mi blog una prosa titulada "Quemaduras", que son las que debemos sentir los que vivimos a este lado de la verja.
Un abrazo.
Qué lamentable! sin palabras.
ResponderEliminarMi abrazo y mi admiración, bella!
El militarismo y la injusticia social son el Diablo...
ResponderEliminarUn abrazo de Cagliari, Italia.
Ningun ser humano merece ese atropello
ResponderEliminarOjala alguna vez la justicia triunfe