RETÓRICA
María Luisa Arnaiz
La amenaza de una
fatalidad inexorable, Harold Muñoz
“Las palabras significan lo que dicen los que
mandan” escribió Lewis Carroll en “Alicia en el país de las maravillas” y
sabemos que Pitágoras fascinaba haciendo este truco: escribía con sangre en un
espejo, lo dirigía a la luna e invitaba a mirarla; quienes leían lo escrito en ella quedaban atónitos.
Eso les va a ocurrir a todos los que esperan una condena para los implicados en los
casos judiciales pendientes; también a los que creyeron en las palabras del rey
o a los que disientan de las de Carroll -otro matemático- gracias a que el
sistema educativo vigente en España tiene a gala enseñar sin poner en tela de
juicio lo dicho por los profesores, a los que se supone en posesión de la
verdad como a los locos. En cuanto a la sabiduría del griego, no tengo más
remedio que ridiculizar al chuleta ministro de Justicia por manipular, para ser
jaleado por su credo, una votación ocurrida hace casi un siglo a fin de
defender su ley del aborto para proteger a las mujeres (lean “Gallardón
catea en historia del voto femenino”) y decir que no salí de mi asombro
ante su intencionado patinazo; respecto de la frase del inglés, añadir que seguramente encabeza el libro de retórica de nuestros pésimos parlamentarios.
No sé qué comentar cuando se dice todo tan clarito, basándose en la historia y con palabras llenas de razón.
ResponderEliminarMi experiencia docente, ya larga, propone el poner en tela de juicio todo lo que se dice, mis palabras, las del libro, las de todas la fuentes consultadas y las del ministro. Afortunadamente podemos escapar del yolosetodismo con el yoconozcoelcaminismo, que es la mejor pedagogía. Todos los profes no son iguales, por fortuna, y me siento orgulloso de saltarme las normas y los estereotipos.
ResponderEliminarUn saludo
Juan M
Desgraciadamente todo quedará en agua de borrajas.
ResponderEliminarUna tragedia, María Luisa. Tener los políticos que tenemos es eso, una tragaedia. Buen artículo. Feliz tarde.
ResponderEliminarFalsea, que algo queda. Al final, convencerán a los esclavos de que deben todo su bienestar a sus amos. Besos, querida amiga.
ResponderEliminarSimplemente comentar que siempre lo supimos.Tiene razón Enrique, es una tragedia para este país y seguimos aguantando.
ResponderEliminarBesotes.