EL BAÑO DE DIANA
María Luisa Arnaiz
Laurie Kaplowitz
Cree Pierre
Klossowski que “los conceptos son solo
metáforas disfrazadas” y, siguiendo su criterio, traigo el mito de Acteón a
esta página porque entrar en el ámbito de lo sagrado acarrea desde la Antigüedad un castigo
severo. Cuentan varios autores que el pastor Acteón penetró inopinadamente,
yendo de caza con su jauría, en un recóndito lugar donde Diana se estaba
bañando con su séquito de ninfas, y quedó extasiado, paralizado, ante la
presencia de la diosa. Haber traspasado el espacio numinoso, haber visto la
manifestación de un poder mistérico, fueron transgresiones que le depararon una
suerte de ceguera momentánea pues Diana le arrojó agua a la cara, diciéndole
por boca de Ovidio: “nunc tibi me posito
visam velamine narres, / sit poteris narrare, licet”, ahora te es lícito decir que me has visto sin velos si decirlo pudieras,
y al punto lo convirtió en un ciervo. No acababa de preguntarse el profanador si regresar con
los suyos o vivir en el bosque, cuando aparecieron sus perros y lo devoraron.
Acteón es metamorfoseado por su soberbia ya que “atrapa... una
apariencia en que la sensualidad llega al límite” dice el mencionado autor
en “El baño de Diana”.
Laurie Kaplowitz
Muy interesante el relato. No sabía estas artimañas de Diana, ni lo curioso que había sido Acteón.... ni tampoco que lo habían "convertido" en ciervo. Como siempre, muy interesante todo lo que publicas. Un abrazo.
ResponderEliminarMe impactó este mito pues el ciervo es símbolo del amor en Literatura.
EliminarVer a una diosa desnuda. ¡Wooooa!
ResponderEliminarGran relato.
Y sin que se vengue, ¡wooooooa!
EliminarEstos dioses, siempre tan tiquismiquis.
ResponderEliminar¡Ay, los pobres mortales y sus querencias!
EliminarEspero no caer nunca en el ámbito de lo sagrado, Maria Luisa. MB.
ResponderEliminarRespeto por los creyentes pero no caigas, no.
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