María Luisa Arnaiz
Annick Bouvier
“Los príncipes aguardaban con impaciencia…para
ejecutar lo que ya les había sido permitido…A la mañana siguiente…El príncipe
parecía muy satisfecho; la princesa, acalorada; ambos muy alegres” escribe
un diplomático francés. Era el 25 de agosto de 1723, día en que Luis I de
España cumplía 16 años y por fin había menstruado su mujer, Luisa Isabel de
Orleáns, de 13. De esta pobre criatura con trastorno límite de personalidad
transcribo estas anécdotas:
El duque de Saint
Simon: “Estaba Luisa Isabel bajo un dosel…le pregunté si deseaba algo para el rey…Me
miró y soltó un erupto estentóreo…quedé confundido”.
El mariscal Tessé:
“Estaba subida en lo alto de una escalera
y nos mostraba su trasero, por no decir otra cosa. Creyó caerse y pidió ayuda;
Magny la ayudó a bajar delante de todas las damas, pero, a menos de estar
ciego, es evidente que vio lo que no buscaba ver y que ella tiene por costumbre
mostrar libremente”.
El marqués de Santa
Cruz: “no sucedió lo que ayer, pues no
bebió ni aguardiente ni cerveza, que aseguro a Vuestra Excelencia que el cuento
de ayer, como fue tan público, ya está divulgado en todo Madrid. Esta tarde…se
ha llenado de rábanos, que no sé cómo no revienta…sobre comer el lacre de los
sobrescritos le he dicho mil cosas y no tiene remedio”.
El rey Luis: “Preferiría estar en galeras a vivir con una
criatura que no observa ninguna conveniencia, que no me complace en nada, que
no piensa más que en comer y en mostrarse desnuda a sus criados”.
Si, la pobre chica era todo un espectáculo en la corte. Recuerdo haber leído una biografía suya. No sé por quien sentir más pena, si por ella o por quienes la tenían que atender. Lo bueno del asunto, o lo malo, según se mire, es que entonces el pueblo llano no sabía de los dislates de las monarquías, y ahora existen los medios de comunicación
ResponderEliminarEn un examen tuve la fatalidad de que saliera Luis I. Suspendí pero aprendí la lección.
EliminarBesos.
Un psiquiatra nos podría haber dado la respuesta. Muy oportuna tu entrada con tantos vaivenes como sufrimos. Saltos y brincos
ResponderEliminarAhora se sabe del trastorno de la reina consorte y no son pocos los jóvenes que lo padecen.
EliminarBesos.
Amazing !!
ResponderEliminarI'll wish for a prosperous 2013.
EliminarThank you for your comment.
Pobre niña! Con la comunicación, ya no hay famoso respetable. Los actos y defectos que tardaban 4 siglos en saberse, hoy en 4 segundos... Pobres los famosos... Mira cuán felices somos los de a pie!!!
ResponderEliminarBesos.
Las enfermedades llegan a las altas cunas y a las bajas camas.
EliminarBesos.