EL MAESTRO
María Luisa Arnaiz
Enzo, Antonio Castelló
Lo fue mío en clase de retórica, y era bajo,
rechoncho, con gafas idénticas a las que lleva Schubert en sus retratos,
avanzando por los claustros a un paso corto y pausado, breviario en mano o
descansada esta en los bolsillos del manteo, el bonete derribado bien atrás
sobre la cabeza grande, de pelo gris y fuerte. Casi siempre silencioso, o si
emparejado con otro profesor acompasando la voz, que tenía un tanto recia y
campanuda, las más veces solo en su celda, donde había algunos libros profanos
mezclados a los religiosos, y desde la cual veía en la primavera cubrirse de
hoja verde y fruto oscuro un moral que escalaba la pared del patinillo lóbrego
adonde abría su ventana.
Un día intentó en clase leernos unos versos,
trasluciendo su voz el entusiasmo emocionado, y debió serle duro comprender las
burlas, veladas primero, descubiertas y malignas después, de los alumnos ─porque
admiraba la poesía y su arte, con resabio académico como es natural. Fue él
quien intentó hacerme recitar alguna vez, aunque un pudor más fuerte que mi
complacencia enfriaba mi elocución; él quien me hizo escribir mis primeros
versos, corrigiéndolos luego y dándome como precepto estético el que en mis
temas literarios hubiera siempre un asidero plástico.
Me puso a la cabeza
de la clase, distinción que ya tempranamente comencé a pagar con cierta
impopularidad entre mis compañeros, y antes de los exámenes, como comprendiese
mi timidez y desconfianza en mí mismo, me dijo: “Ve a la capilla y reza. Eso te
dará valor”.
Ya en la universidad, egoístamente, dejé de
frecuentarlo. Una mañana de otoño áureo y hondo, en mi camino hacia la temprana
clase primera, vi un pobre entierro solitario doblar la esquina, el muro de
ladrillos rojos, por mí olvidado, del colegio: era el suyo. Fue el corazón
quien sin aprenderlo de otros me lo dijo. Debió morir solo. No sé si pudo
sostener en algo los últimos días de su vida.
Luis Cernuda, “Ocnos”
ResponderEliminarEl juego que da el apellido, si diera un poco más el personaje.
Recuerdos desde lejos. Constituyente esencial de la nostalgia, mi colegio, mi…
Un abrazo
Very nice Portrait ... Great work !
ResponderEliminarHave a nice sunday....
Regards
Del maestro que me impulso con su ejemplo a la poesía, aun conservo la cinta negra (que clavada a su ataúd) portábamos algunos de sus discípulos.
ResponderEliminarDel personaje cuyo apellido da juego, mejor no hablar, cuando el ejemplo de esos maestros, empequeñece todavía más su ya menguada figura.
Un abrazo..
Cuánto le debemos a nuestros maestros y qué pocas veces se lo hemos dicho...
ResponderEliminarTodos tenemos algún maestro al que le debemos mucho.
ResponderEliminarAquel nombre que nunca olvidarás, aunque nunca lo digas en voz alta.
ResponderEliminarY lo que nos queda. Infumable, intratable, estúpido y hasta grotesco que se hayan lanzado a tan desgraciadad aventura de crear un plan educativo sin contar con nadie. MB. Feliz noche, ML.
ResponderEliminarI am going to follow your blog with great interest. It will help me to get new insights into art.
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