SI PUDIERA DESHOJAR…

MITO DE NARCISO

María Luisa Arnaiz

Julian Hsiung

   Del mito de Narciso se conocen al menos tres versiones, siendo la más interesante la que cuenta Pausanias pues dice que tenía una hermana gemela con la que compartía su afición por la Naturaleza y que, cuando murió, él no dejó de mirarse en las aguas de un arroyo porque, contemplándose, veía el rostro de la ausente. Según esta versión, Narciso se enamora de sí mismo por transferencia, luego el mito alerta sobre el amor incestuoso, punible en todas las culturas. Otra leyenda narra que Narciso envió una espada (símbolo fálico) a Aminias para desalentarlo y el enamorado, clavándosela, lo maldijo, razón por la que Narciso se enamoró de sí mismo al pasar por una fuente. Según esta interpretación, la advertencia recae sobre los amores homosexuales, castigados en casi todos los pueblos. Ovidio relata en la tercera que Tiresias había predicho a la madre del muchacho que viviría hasta ser viejo si no llegaba a conocerse pero, al prendarse de él Eco, a quien Hera había privado del habla y solo podía repetir los sonidos finales, huyó y pidió ayuda a Ártemis que evitó el enamoramiento salvo el de sí mismo cuando se vio en un río. Ante la imposibilidad de poseerse, Narciso se suicidó, por tanto el autoconocimiento para comprender al otro es lo que predica esta versión. El mito añade que de su sangre brotaron los narcisos (como de los pétalos de estas flores se extracta un caro perfume cuyo efecto es adormecedor, baste aclarar que 'narcótico' tiene la misma raíz).