Santiago Carbonell
Las lupercales eran
unas fiestas que se celebraban el quince de febrero en Roma y se realizaban en
el Lupercal, una gruta donde, según Valerio, Acca Larencia, una prostituta de sobrenombre
Lupa -‘lupanar’-, recogió y amamantó a unos gemelos, Rómulo y Remo, los
fundadores del pueblo romano. Varrón dice que las lupercales eran purificadoras
y Ovidio, fertilizadoras. En su ritual los lupercos, vestidos con un taparrabos
y empuñando el cuchillo ensangrentado con que acababan de inmolar una víctima, agitaban
un látigo hecho con tiras de la cabra sacrificada y recorrían las calles amenazando
a los hombres y zurrando a las mujeres, que creían que los trallazos las harían
concebir (recuerdan a las botargas españolas). En el año 392 el emperador
Teodosio declaró ilegal el paganismo. Aunque las lupercales carecían ya de
significado religioso, el papa Gelasio I las prohibió por su marcado carácter
sexual, no obstante, en un acto de sincretismo religioso instituyó en fecha
vecina la fiesta de san Valentín para festejar el matrimonio cristiano: su
fin, procrear.
Pues, ¡viva la ardiente Lupa! y ¡abajo el gélido Gelasio!
ResponderEliminarLa cuestión era controlar las conciencias. ¡Puaf!
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Super interesante, conocía las lupercales, pero no se me ocurrió relacionarlas con el San Valentín. Bss.
ResponderEliminarTambién yo me sigo llevando sorpresas.
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Intenso a más no poder el antecedente... entonces no fue loba? ¡no te digo! que por todos lados nos cambian las versiones.
ResponderEliminarBesos!
Como ves, de Lupa (loba), y de ahí la leyenda.
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Hoy gracias a ti aprendí de donde viene la palabra lupanar. Gracias por ello.
ResponderEliminarUn saludo
El origen de ciertas palabras es muy curioso.
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buenos dias , y una lección mas de historia ! besosss
ResponderEliminarComo se acerca el día comercial de los enamorados, lo recordé.
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Una entrada magnífica. ¡Hay que ver de cuantas festividades paganas se apropió el cristianismo!
ResponderEliminarSaludos, Ann@
Alguna no cristianizaría pero pocas.
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¡Precioso blog amiga! Gracias por seguirme, yo también me quedo por aquí. Un saludo desde Granada.
ResponderEliminarIntroducir la etimología en tu reportaje me gustó.
ResponderEliminarBesos.
Reconozcamos una cosa, la voracidad eclesiástica para cristianizar las celebraciones más populares, es un modo muy inteligente de obtener adeptos. Estrategia no faltaban a los dirigentes de esa primera iglesia oficial, muchos de ellos con la misma fe cristiana que cualquier romano del siglo I antes de Cristo. Pero había que vivir, y había que vivir dentro de la élite dirigente.
ResponderEliminarPero cómo deglutieron a los "paganos".
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