María Luisa Arnaiz
Bodies, G Jesse
Gledhill
El hombre logra en
sueños lo que no logró despierto: seducir a una mujer carnal, perfumada y
esquiva.
Lo despierta un
golpe en las costillas: la esposa, que duerme con él, le ha hundido el codo en
el costado.
Ha soñado que el
marido se ha dejado seducir por una mujer carnal, perfumada y esquiva, a quien
ella no conoce.
Antonio di Benedetto
¡Qué inoportuno ese codazo! Era un sueño maravilloso...
ResponderEliminarUn abrazo :)
Muito bom ...recheado de palavras verdadeiras ... Um beijo Pedro Pugliese
ResponderEliminarEs un placer llegar a tu casa, es un honor encontrarte en la mia. Tienes un espacio muy enriquecedor y bello y si me lo permites te sigo.
ResponderEliminarUn abrazo desde otra luna
Jajajajaja...
ResponderEliminarA veces creo que es absolutamente cierto lo que el texto cuenta. Vuestra intuición, es como un radar que se percata hasta de los deseos ocultos en los sueños
Ironías de la vida....Estupenda sonrisa para comenzar el funde :) ¡Gracias!
ResponderEliminarMaría Luisa, seguí le caminito de ver tu logo y me he encontrado con un blog que me gusta y aqui me quedo a seguirte.
Saludos
Al despertar nuestro protagonista, ¿hallaría su pesadilla?
ResponderEliminarUn abrazo, m. p. moreno.
Te ha gustado, ¿verdad?
ResponderEliminarUn abrazo, Pedro.
Hola, Coeli: esa espera sobre la que escribiste me agradó. A esperarte ahora.
ResponderEliminarUn abrazo.
Querido Amando: cómo me he reído contigo.
ResponderEliminarBesos.
Hola, Vocablo Mudo Pilar: a di Benedetto hay que paladearlo. Espero que nos visitemos mutuamente.
ResponderEliminarUn abrazo.
Supongo que así como las parejas que están juntas desde hace muchos años se acaban pareciendo, también acabarán soñando lo mismo. Otra cosa es que a los dos les agraden los sueños. Abrazos
ResponderEliminarHola,Mabel: no se me había ocurrido interpretar así el relato pero tu suposición es atractiva.
ResponderEliminarUn cariñoso abrazo.