María Luisa Arnaiz
Siegfried Zademack
En el siglo VIII
Maqrizi escribió que “muchos musulmanes
tenían entonces por concubinas a muchachas nubias” compradas como esclavas en los zocos norteafricanos
porque, en palabras del médico Ibn Butlan en el XII, “uno creería que han nacido para
la esclavitud”. Pues bien, teniendo en
cuenta el asentamiento árabe en España, no es de extrañar que
continuase el tráfico de esclavas entre nosotros -Sevilla fue la plaza de mayor venta tras el descubrimiento de América- y así lo confirma Cervantes, esclavo él mismo en Argel, en “El celoso extremeño”. A los sesenta y ocho años el
protagonista de esta novela se prenda de una adolescente cuando “pasando un día por una calle, alzase los
ojos y viese a una ventana puesta una doncella, al parecer de edad de trece a
catorce años” y piensa: “ella es
niña, sus pocos años pueden asegurar mis sospechas; casarme he con ella,
encerraréla, y haréla a mis mañas; y con esto no tendrá otra condición que
aquella que yo le enseñare”. Como había vuelto rico de las Indias, adquirió
una magnífica casa en Sevilla con “agua
de pie y jardín con muchos naranjos; cerró todas las ventanas que miraban a la
calle…Compró asimismo cuatro esclavas blancas, y *herrólas en el rostro, y
otras dos negras bozales”.
A algunos nos era
familiar el tráfico de esclavos practicado por nuestro país desde el XVI,
aunque portugueses e ingleses fueran los que se lucraran con su comercio e
hicieran leyes para proteger sus “bienes”, pero todavía son muchos los que
ignoran que España no escapó a la corriente esclavista. Eso sí, siempre
bautizando.
* Las mujeres blancas se marcaban; las negras, no porque eran consideradas
esclavas por naturaleza.
Siegfried Zademack
Aym maria luisa, es que no podía permitirse que se perdiera un alma para el cielo, aunque fuera esclava. Al leer tu palabras recordaba al célebre Juan de Pareja, el esclavo de Velázquez, a quien éste hizo un retrato maravilloso y que fué, él mismo, un notable pintor. Interesantísima entrada. Besos.
ResponderEliminarMaría Luisa:
ResponderEliminarCada vez que leo por allí que en la época de la Conquista, el europeo vino a civilizar, se me escapa una sonrisa socarrona.
Sin dudas que han tenido que recorrer un arduo camino, para llegar a lo que hoy denominamos "la civilización".
Un saludo cordial.
Leo el comentario de Arturo y me sonrío con una cierta resignación. Veremos a ver por donde escampan los tiempos actuales. No digo que se trate de mujeres, pero la esclavitud está ahí mismo, nunca ha desaparecido del lado oscuro de la humanidad.
ResponderEliminarUn abrazo.
¿Recuerdas también “La mulata” de Velázquez? Pues eso, Isabel, que no nos hemos privado de nada.
ResponderEliminarBesos.
Lo preocupante, Arturo, sigue siendo la prepotencia del rico sobre el pobre, la del blanco sobre el no blanco, la del católico sobre el resto de creyentes, etc.
ResponderEliminarSaludos cordiales.
Si hablamos de esclavitud en sentido lato, estamos tan atados a tantas cosas… Claro que ahora, Isabel, los “mercados” se han propuesto esclavizarnos. Al tiempo.
ResponderEliminarBesazos.
fantástico post!!!
ResponderEliminarGracias, Ricardo. También tienes entradas interesantes para mí.
ResponderEliminarUn cordial saludo.
Qué interesante entrada. Describes hechos que me interesan mucho en una Época oscura que necesitaba comprender para un trabajo que realizo sobre la ocupación islámica en España. Besos María Luisa y te sigo, porque el resto de tus entradas no tienen desperdicio.
ResponderEliminarHola, M. E. Sánchez Almansa: me ha gustado conocerte y espero que ese trabajo que tienes en marcha fructifique pronto.
ResponderEliminarBesos.