PSIQUE Y EROS IV/IV
María Luisa Arnaiz
Louis Treserras
Superadas las
pruebas, Venus la envió al Más Allá
con una cajita para que le pidiera a Proserpina
un poco de su hermosura. La logró tras un nuevo intento de suicidio y quiso
ponerse una pizca de ella para gustar más a Eros pero, cuando abrió la tapa,
salió un sopor infernal que la dejó
inerte. Cupido, que había huido de la
custodia de su madre, encerró el mortífero sueño en la caja y despertó a
Psique. ¡A poco te echa a perder otra vez tu curiosidad! Habló con Júpiter para que intercediera por ella y
el dios, a cambio de que le trajera alguna
muchachita, convocó asamblea. Ha
elegido a una muchacha a la que ha desflorado… Que se case. Al punto ordenó a Mercurio
que raptara a Psique y le ofreció una copa de ambrosía. Toma, sé inmortal. A su tiempo nació
Voluptuosidad.
Titulé “Psique y
Eros”, apartándome de la tradición, porque el mito es una historia misógina
destinada, bajo el señuelo del amor, a fijar el modelo patriarcal en la
sociedad. Eros impone las normas, se ha de cumplir su voluntad, tiene el poder
de castigar, está convencido de la inferioridad de la mujer, cree que la
naturaleza femenina es infame… En suma, es el amo.
Louis Treserras
Ya comenté esto en otra ocasión, M. Luisa. Me parece muy oportuna tu inversión. ¿Por qué ha de andar a ciegas el alma?, ¿por qué se le ha de privar de su característica más humana, la del conocimiento, generada por la curiosidad?, ¿por qué ha de asumir la absurda norma de dar su amor a un desconocido?, ¿por qué ha de jugar con desventaja y ser culpada por intentar igualarse un poco a su yugo?.
ResponderEliminarSociedades misóginas, las hubo, las hay, las habrá, y esperemos poder ir mitigándolas hasta hacerlas desaparecer,ENTRE TODOS.
El puto amo, es Eros
ResponderEliminarDespués del comentario de Cecilia,me quedo sin palabras y le doy la razón a las suyas. Buena entrada,M.Luisa!
ResponderEliminarUn abrazo.
Me alegra haber acertado en mi intuición sobre el desenlace de esta historia. Sólo habría que añadir "Amén", como pretenden que digamos los patriarcas de la Iglesia y nuestros casposos gobernantes, anclados en un pasado misógino y ultraconservador -que deben llevar en los “genes”-, por más que quieran darle una pátina de progresismo.
ResponderEliminarLas sociedades evolucionan, si la educación y los gobernantes así lo propician Y, desde luego, lo que tenemos ahora mismo en nuestro país no contribuye precisamente a que eso ocurra.
Impresionante y bonita lección de mitología. estos escritos tuyos tan valiosos y espléndidos le habrían gustado mucho a una gran amiga mía alemana que ahora descansa en paz con los dioses, el dios vaya usted a saber dónde. Pero descansa y esto seguro que en paz.
ResponderEliminarUN fuerte abrazo!
Emocionante final. Pssss, me lo esperaba. Genial.
ResponderEliminarFeliz tarde, M.L.