INOCENTES

ABORTO ESPAÑOL

María Luisa Arnaiz

Patrick Kramer

   Cuando Juan José de Austria, hijo de Felipe IV y la Calderona, llegó a Nápoles, la ciudad estaba en plena revuelta contra España y escribió a su padre diciéndole que la causa era “haberse interpuesto el pueblo a la derogación de las gabelas”. La rica burguesía y la clase media protestaban contra la exención de impuestos concedida a la nobleza y al clero; la clase baja además, contra los españoles. El vástago real escuchó a los rebeldes, destituyó al virrey, confirmó los privilegios de los dos poderosos estamentos y tomó el gobierno de la ciudad. El rey lo aceptó. Ahora el gallináceo que nos preside, después de permitir modificar la Ley del aborto, acepta que su gallo “escuche a todos” los mandones de su partido. ¿Dará marcha atrás en la consentida cópula? El rabo-ministro, “para todos los casos tiene el pedáneo al rabo… (que) redacta… los abonos que firma el alcalde”, dice que “sí tendría un hijo con malformaciones” y pienso en sus conceptos sobre inocencia y justicia. Margarita, fruto del Austria y de la seducida hija del Españoleto según el padre Nithard, fue dada al conde de Eril para su crianza e ingresó en las Descalzas Reales a los 6 años. Supongo que su padre estaba tan convencido de su bondad como el ministro de su “convicción personal”.