PLACER CONTRA PUDOR

ARTE CELESTINESCO V

María Luisa Arnaiz

Karel Balcar

   En “La Celestina” Pármeno, criado de Calisto, refiere a su amo sobre la alcahueta: “Ella tenía seys oficios… labrandera, perfumera, maestra de fazer afeytes y de fazer virgos, alcahueta y un poco hechizera. Era el primero oficio cobertura de los otros…Y en su casa fazía perfumes: falsava estoraque, menjuý… ámbar, algalia… almizcles… Tenía una cámara llena de alambiques, de redomillas, de barrilejos… hazía solimán, afeyte cosido… cerillas, llanillas, lustre, lucentores… aguas de rostro, de rassuras de gamones, de corteza de spantalobos… de agraz… Adelgasava los cueros con çumos de limones, con turvino, con tuétano de corço y de garça… Sacava agua para oler, de rosas, de azaar, de jasmín, de trébol… Hazía lexías para enruviar, de sarmientos, de carrasca, de centeno… con salitre, con alumbre y millifolia… Aparejos para baños… azeytes que sacava para el rostro… de estoraque y de jazmín, de limón… de violetas”.

 Karel Balcar

   “Te diré que si quieres conservar mucho tiempo tu tez con su propio color, solo te laves con agua de la fuente, de pozo o de río, y ten por cierto que toda otra agua manufacturada vuelve en poco tiempo flácida la piel de tu rostro” escribió Cennino Cennini en “Libro dell’arte”, tratado sobre técnicas pictóricas, pero Celestina encubría sus conocimientos tendentes a satisfacer el cuerpo, tan denostado por la Iglesia que difundió el concepto de “pudor” -palabra nacida en el XVI- para despreciarlo.