jueves, 2 de mayo de 2013

TRADICIÓN SEXUAL

VERGÜENZA Y HUMILLACIÓN

María Luisa Arnaiz

Steve Delamare

   Llamar a los escarceos amorosos hacer porquerías, marranerías, cochinerías, guarrerías, y prohibir a los niños explorar sus genitales, ¡puerco, marrano, cochino, guarro, eso no se toca!, resulta curioso. El judeocristianismo enseñó a cubrir los genitales, “se hicieron unos taparrabos entretejiendo hojas de higuera” se dice de Adán y Eva en Génesis, 3, 7, o empleó los pies como imagen sustitutiva de los mismos, “al recién nacido que sale de entre sus pies”, Deuteronomio, 28, 57. Asimismo, es famosa la identificación de la multípara con la cerda como lo demuestra la madre del mítico rey Lamissio que “porque no la llamasen puerca (tras un parto séptuple), fiso matar a seis dellos” o doña Lambra injuriando a su suegra: “Mas calléis vos, doña Sancha, / que tenéis por qué callar, / que paristeis siete hijos / como puerca en cenagal”. Por tanto, la vergüenza ante los genitales y la humillación de la parturienta se deben a la tradición religiosa y cultural y ha llevado al uso de metáforas y metonimias sin cuento en lo tocante al sexo. Sirva esta explicación de la rotura del himen: “Decidme, hija garrida, / ¿quién os manchó la camisa? / - Madre, las moras del zarzal. / - Mentir, hija, mas no tanto, / que no pica la zarza tan alto”.

16 comentarios:

  1. Jajaja, pues no, no pica la zarza tan alto.
    Ahora no se le ocurrirá criticar a la iglesia a las multíparas de "la obra"¿no?

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  2. A la iglesia y a las religiones les debemos la demonización del sexo. El sexo es el acto más puro de la Naturaleza y gracias a él existe el mundo. No tendría que producirnos ninguna vergüenza pero nos lo han inculcado de tal manera que no lo podemos evitar.

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  3. Jajajaja ¡Qué bueno lo de la zarza!
    ¿Cuántas culturas ensalzan la virginad. Y cuántas componendas de virgo se han hecho y se hacen todavía, entre la etnia gitana por ejemplo, sin ir más lejos?
    Bueno, y entrar en el tratamiento que la Iglesia hace con respecto al sexo, sinceramente, creo que no merece la pena.
    ¡Cuánta falsa mojigatería!

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  4. Cuanta hipocresía alrededor del sexo!!
    La zarza...qué bueno!!
    Bss,Carmen

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  5. Y cuánto nos cuesta después salir de los esquemas impuestos, verdad? Incluso, dentro de nuestra propia intimidad, nos solemos cuestionar de donde sale nuestro pudor. Y ahí están, los muros invisibles de las tradiciones! Interesante. Saludos, María Luisa

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  6. En Lanjarón, por los 50, una prima mía se quedó embarazada -así lo explicó ella- bebiendo coca-cola. Y una tía abuela mía, sin hijos, nos contaba que tenía en el interior una enorme lombriz que se tragaba el semen de mi tío. En mi familia, la ginecología era una ciencia inexacta. Bien es verdad que el secreto en que Coca-Cola ha mantenido su fórmula ha posibilitado la invención de efectos colaterales poco testados.

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    1. ¡Cuántas fábulas se habrán inventado para explicar lo natural!

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  7. ALLÁ LEJOS. HACE TIEMPO

    MISCELÁNEA IVL — 2013


    —Padre, hace días que te veo ensimismado ¡y muy entusiasmado! ¿En qué proyecto nuevo, andas?

    —Hijo mío, nuestro muchacho, Adán, en el Edén, no se halla. ¡Entonces decidí hacerle compañía!

    —Hey, ¡qué bueno!, ¿y cómo será?

    —Le crearé una compañera maravillosa, y a la que denominaremos mujer, y su nombre será Eva.

    —Bravo! … ¿Y eso que tienes entre manos? Hace días que te veo con ello trabajando cada detalle. ¿Qué es? ¡Y tan raro! … ¡Nunca ví algo así!

    —Le llamaré vagina, cinco centímetros dentro estará el punto “G”, y eso gordito-redondito y medio alargadito es el clítoris; estos son labios superiores, y esos, inferiores, todo dentro de la vulva …

    —¿Y para qué todo eso, Papá?

    —Será para disfrute propio, ¡y también de su compañero de vida! Es algo tan puro, sano y santo que lo gozarán, ¡y grandemente!

    —No tengo la menor duda; pues quien lo hace es puro y santo, …mas sabes que también soy Dios ¿verdad?

    —¡Por supuesto que sí, mi Hijo!

    —Miro a la distancia, ¡algo que tú NUNCA quieres hacer!, y veo que a ello tendrán como algo vergozoso, lo taparán y esconderán, y hablar de ello lo considerarán propio de mentes casi degeneradas …

    —¡Ya basta! ¡No sigas! Si cantarán versos y loas a cabellos y ojos que también inventé!, ¿por qué no harán lo mismo a lo que dediqué tanto esfuerzo, tiempo y amor?

    —Tienes razón, Padre, mas debieses preguntarle eso a ellos, pues prontamente matarán animales, y con sus pieles se taparán avergonzados lo que tú has diseñado con tanta delicadeza, tino y pureza.

    —Discúlpame, hijo, ¡cuesta creerte!

    —Sí, es increíble que de lo que tú haces alguien pueda avergonzarse. Pero créeme. … ¡Será cierto!

    Por Raúl Silverio López Ortego
    lopezortego@yahoo.com.ar

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