María Luisa Arnaiz
Mike Worral
Escribe Quevedo en
“El buscón” cuando Pablos fue rey de gallos: “pasamos por la plaza (aun de acordarme tengo miedo), y llegando cerca
de las mesas de las verduras (Dios nos libre), agarró mi caballo un repolllo… La
bercera… empezó a dar voces: llegáronse otras y, con ellas, pícaros, y alzando
zanahorias garrofales, nabos frisones, berenjenas y otras legumbres, empiezan a
dar tras el pobre rey. Yo viendo que era batalla nabal y que no se había de
hacer a caballo, comencé a apearme; mas tal golpe me le dieron al caballo en la
cara, que, yendo a empinarse, cayó conmigo en una -hablando con perdón-
privada. Púseme cual v. m. puede imaginar”. Traigo a colación el pasaje
porque el rey también se puso hasta las cejas con el yate que aceptó de interesados
mallorquines y ahora abandona el barco en plena batalla naval por un quítame
allá esas pajas, pajas que su yerno detrajo con la mano derecha, pajas reales
que echan a pique la reputación borbónica. Antes de anclar el cuello de quienes
lo vieron en la borda sin subir a bordo, debió pensar en quienes le dieron para
que les diera. ¡Menudo desa-fortuna-do!
Muy bueno Maria Luisa. El fortuna Desa-fortuna-do.
ResponderEliminarBuenísimo.
Y su fortuna en paraísos fiscales.
EliminarLa monarquía desde siempre fue cobarde. No vale con devolverlo, hace falta algo más. Los dadivosos recibieron prebendas.
ResponderEliminarGenial tu entrada. Abrazos
El “do ut des” (te doy para que me des) es muy viejo.
EliminarBuena entrada y mejor juego de prefijos y sufijos.
ResponderEliminarHaciendo un poco de ejercicio con Quevedo.
EliminarJajaja...¡Bravo!
ResponderEliminarSaludos.
Ningún quitamanchas limpiará la suciedad real.
EliminarLos reyes, siempre sacrificándose por el reino.
ResponderEliminarLos republicanos, siempre sacrificándose por la república.
Las víctimas siempre las mismas.
EliminarNunca mejor dicho
ResponderEliminarAunque los medios no nos cuenten ni la mitad.
EliminarBuenísimo relato, que pone a cada uno en su sitio. Del Rey, para abajo. Me gusta imaginar lo que sería capaz de escribir Quevedo en los tiempos que corren.
ResponderEliminarUn abrazo.
A lo mejor volvía a lo de “No he de callar por más que con el dedo…”
EliminarMaria Luisa, este es el link de mi blog de fotografia :)
ResponderEliminarhttp://mundofoto30.blogspot.com.es/
Espero que te guste.
Me quedo por aquí.
Un saludo desde Albacete.
Parisina.
Dentro de un ratito lo veré. Encantada con tu visita.
ResponderEliminarLa indecencia no escapa al escudo real, María Luisa. Me ha gustado el contenido y el juego de palabras, claro.
ResponderEliminarFeliz noche.
Nunca una transfusión de sangre azul.
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