María Luisa Arnaiz
Tony Pavone
Cuenta Astrana
Marín en la biografía de Miguel de Cervantes que Silvestre de Angulo mató el 19
de enero de 1565 a
su mujer y a un criado en un tablado levantado a tal fin en la sevillana Plaza
de San Francisco, después de que hubieran pasado dos años presos tras el
adulterio y que, como una vez muertos, se oyó: “¡que se mueve el mulato”, acuchilló sañudamente los cadáveres
diciendo: “¡cuernos fuera!”. Es obvio
que la ley concedía esta prerrogativa a los maridos pero Cervantes, que en “La gitanilla” había escrito:
“No le fatigue a nadie el temor de perder
su honra”, era escéptico al respecto y en “Persiles y Segismunda”, su
novela póstuma, fue muy claro: “¿Qué
pensáis que os sucederá cuando la justicia os entregue a vuestros enemigos,
encima de un teatro público en vista de infinitas gentes, y a vos…amenazando en
segarles las gargantas, como si pudiera su sangre limpiar…vuestra honra?, ¿qué
os puede suceder sino hacer más público vuestro agravio?...las venganzas
castigan, pero no quitan las culpas”.
Y es grann verdad, nunca la venganza alimenta nada más que la vanidad y el deseo de dañar. Mejor olvidar los agravios, esconderlos en una caja de plomo y tirar al mar la llave. Lo peor del odio siempre es para quien lo siente. Un abrazo, María Luisa y gracias por compartir estas cosas
ResponderEliminarLa venganza atrae venganza, así que estoy de acuerdo contigo.
EliminarBesos, Mabel.
Muy instructivo el post. La venganza, el rencor, el odio,...son emociones humanas que difícilmente podremos obviar, han existido y existirán.
ResponderEliminarCOrdial saludo
Las pasiones que nombras siempre han sido tema literario.
EliminarBesos, Inma.
Me quedo con dos frases de Sir Francis Bacon: Una persona que quiere venganza guarda sus heridas abiertas, y En la venganza uno se iguala a su enemigo, perdonándolo se muestra superior a él.
ResponderEliminarExcelentes citas, no las conocía.
EliminarBesos, Marcos.
Belo!
ResponderEliminarGracias por tu visita.
Beso
Es difícil transcribir tu anagrama, pero te devolveré la visita.
EliminarBesos.
Totalmente de acuerdo... si odias y quieres venganza no has dejado de sufrir por el daño recibido y además te pones a la misma altura de quién te causó el mal...
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Nunca entendí la sed de sangre y menos por cuestiones simples.
EliminarBesos, aris.
Mientras quieres venganza tienes la sangre caliente y la herida abierta. Cuando la sangre vuelve a su origen, la cabeza se enfría es hora de tomar venganza. El perdon es divino.
ResponderEliminar¡Jo! Un poco fuerte si que ha quedado, con lo buena que soy y la entrada tan sensacional que nos has dejado.
EliminarDicen que la venganza es un plato que se toma frío, pero no seré yo quien lo coma.
Besos, Ester.