María Luisa Arnaiz
Galina Anisimova
Dice Menéndez
Pelayo sobre Melchor de Macanaz en “Historia de los heterodoxos españoles” que
“Entre los leguleyos del siglo XVIII,
pocos hay tan antipáticos como él… su nombre debe figurar en primera línea
entre los serviles aduladores del poder real… entre los enemigos más
encarnizados de todos los… venerados principios de la cultura española”. El
de Hellín, defensor del primer Borbón en el trono español y fiscal del Consejo
de Castilla, redactó un Memorial, conocido como el de los cincuenta y cinco puntos, conforme a los documentos
facilitados por el cardenal Giudice, inquisidor general, cuya finalidad era “revocar todas las concesiones de la
jurisdicción temporal hechas a la Inquisición ” o, como expresa el santanderino,
“quitar en España toda jurisdicción al
Papa”. Giudice lo condenó en 1714 hallándose en Marly, lo que molestó al
abuelo de Felipe V que admitió las excusas del cardenal pues nada sonroja a la Iglesia con tal de imponer
su voluntad. Bien, pues dice el ultramontano ministro de Justicia, sin ponerse
colorado, que hará retoques en la ley del aborto “corrigiendo los efectos que tenía” y afirma que no se pliega al
Vaticano. Como la condena al Memorial se difundió en todas las iglesias madrileñas,
la Santa Sede
debe hacer lo mismo y publicitar que interrumpir el embarazo es legal.
Complicadísimo asunto.
ResponderEliminarSí, un dilema para muchos.
EliminarPues yo me cisco en la santísima oblea que comulgó el servil ministro.
ResponderEliminarDicho así, tal vez se atragante.
EliminarEso es dificilillo por no decir IMPOSIBLE
ResponderEliminarPura hipocresía eclesiástica.
EliminarAdoro la mesura de los comentarios, en cuanto los temas se ponen escabrosos... jajaja! Quiero ver el día que la mesura sea por prudencia y no por miedo. Si comprendemos que el miedo nos paraliza y finalmente también nos lleva a morir víctimas de lo que mçnuestro silencio permite, quiza empezaríamos a abrir un poco más la boca y a tratar de que se aborten todas las instituciones maltrechas que nos joden la existencia a todos.
ResponderEliminarBesos mi buena amiga.
Pues eso, que es preferible hablar.
EliminarHay varias Españas, aún, María Luisa. La de este ministro, no es la mía y, si, me encantaría que la Iglesia hiciera eso tan "imposible" o no, como diría mi querido e inolvidable Agustín: "Ni lo sé, ni me importa. Han conseguido que no me afecte nada de lo que hagan o digan".
ResponderEliminarRoma a sus asuntos.
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ResponderEliminarPersonalmente estoy en contra del aborto. Pero también pienso que si algunas mujeres lo hubieran hecho habría algún hijo de amores ilícitos menos.
Un abrazo
Para la ley nadie es ilícito. ¡Menos mal!
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