María Luisa Arnaiz
Sharon Sprung
Después de visitar
el monasterio de san Millán de la
Cogolla (La
Rioja) en 1795, escribió Jovellanos en su Diario acerca de la botica: “Grande, bien asistida, con mucha y buena
redomería de barro y vidrio… El jardín botánico: muy bien provisto de hierbas,
plantas y algunos árboles… un estanque para sanguijuelas… un pequeño
invernáculo para las plantas delicadas y exóticas… lo más singular es el
viborero… aquí están las víboras, aquí procrean…”. ¿Cómo se comercializaban
los medicamentos? No reproduciré ninguno de los contratos que atesora el
archivo monacal pero así se hacía: los concejos y sus vecinos estipulaban con
el monasterio por medio de acta notarial que les serían proporcionadas las
medicinas recetadas por el médico, el cirujano o el barbero del partido durante
un año o más a cambio de cereal (las de curar heridas por riñas, por bestias de
carga y por el mal gálico -sífilis- no las recogía el pacto y había que
pagarlas aparte; lo mismo ocurría con el “agua de
la reyna de Hungría” y la “quina”). Ahora que se privatiza la medicina, que se siguen
enriqueciendo las multinacionales farmacéuticas y que se ha inyectado a los
bancos hasta el plasma futuro, habría que dar a quienes nos gobiernan buenas
dosis de cebada.
Sharon Sprung
Una preocupante similitud, María Luisa, pero ahora lo hacen a la cara, desollando los bolsillos ajenos y llenando los propios. Parece demagogia, lo que cuento, si, pero cada día es mas cierto. Quizás me preocupa saber que hacíamos cuando nos robaban, también, cuando todo eran brotes muy verdes, pero como las cosas iban bien nadie se quejaba. ¿Donde nos quedamos entonces? Ay, que dolor, ay.
ResponderEliminarBonita entrada, decente y aleecionadora, Maria Luisa
Y todo lo que dices ha sido por servir al capitalismo. ¡Grrrrrrrrrr!
EliminarAceite de ricino habría que meterles por el galillo a los farsantes.
ResponderEliminarComo echáramos mano de las refinadas torturas…
EliminarToda la razón para ti.
ResponderEliminarOye cómo me gusta la palabra "redomería"....
Sí. La busqué aunque pensé en “redoma” pero ya no figura en el DRAE.
Eliminar¡Ni agua! Un abrazo
ResponderEliminarSecos nos están dejando a nosotros. Y vamos a ver con qué se descuelgan.
EliminarHola
ResponderEliminarmuy bueno tu relato y he aprendido algo sobre la botica, como se ha comercializado todo a favor de unos pocos
todo se ha convertido en un vil negocio con la salud se juega
un beso enorme
Carmen
Pues lo de las multinacionales farmacéuticas es de juzgado de guardia.
EliminarLes pots de pharmacie sont toujours une grande fascination pour moi. J'en possède, mais des bien moins beaux et moins anciens !
ResponderEliminargros bisous
Pour moi c’est la même chose. Quelle coïncidence!
EliminarComo a las ocas, los alimentaba yo... pero con guindilla Naga Morich.
ResponderEliminarEso, puesto que como ocas solo engordan los hígados para los gourmets insaciables.
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