María Luisa Arnaiz
Dragan Ilic Di Vogo
“Una mujer ilustrada y sabia en el arte de
redactar se vistió con ropas masculinas y se hizo pasar por hombre; vino a
Roma…fue nombrada notaria de la curia y luego, por mediación del diablo,
cardenal y después papa” escribió hacia 1260 el inquisidor Étienne de
Bourbon sobre la leyenda de la papisa Juana, referente de Juan VIII, elegido en
855. En la fábula se dice que durante una procesión se sintió mal y dio a luz
en la calle ante los estupefactos asistentes. Al parecer la historia se tejió en
torno a las parodias carnavalescas (subvertir el orden: lo masculino por lo
femenino y viceversa), a los debates entre franciscanos y dominicos en cuanto
al falso papado (la papisa se usó como argumento) y a la reivindicación de la
mujer respecto de la dirección de la Iglesia.
Pues bien, la leyenda acarreó la creación de otro bulo:
comprobar la virilidad del elegido por medio de ver o tocar sus partes
pudendas. Así se propaló que, después de sentarse en la silla stercoraria (retrete portátil o silla
paritoria), venía la revisión con un concluyente: “duos habet et bene pendentes”. El escéptico podrá decir con
Tertuliano: “Creo en estas cosas porque
son increíbles”.
Sella stercoraria
Son increíbles porque la realidad siempre o casi siempre supera a la ficción.
ResponderEliminarMe encantan tus entradas, amenas, curiosas, concisas, siempre interesantes, Maria Luisa.
Da gloria leerlas.
La antidemocrática Iglesia...
Eliminar¡Que no me llamen para ese menester, jejeje!
ResponderEliminarNo te llamarán. Seguro.
Eliminar¡Ay señor! que cosas tiene la historia. No obstante pienso que unos "pendientes" con la que está cayendo no son reflejo la hombría. :)
ResponderEliminarUn saludo afectuoso
¿Qué más da lo que penda para la Iglesia?
EliminarLa "sillita caca".
ResponderEliminarO dompedro, ¿lo captas?
EliminarLo que me gustaría a mí meterme, a modo de papisa, entre los cardenales para ver que se cuece allí.
ResponderEliminarYo tengo bastante con lo que sé de ellos.
ResponderEliminarHilarante reseña, sobre todo sabiendo que, probablemente se remita a la realidad.
ResponderEliminarLa de arteras mañas de que se vale "el diablo" como habrás comprobado.
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