María Luisa Arnaiz
Robert Schefman
Carlos VII, nacido
en 1403, fue el rey de Francia al que Juana de Arco reconoció, sin haberlo
visto nunca, mezclado entre burgueses -“Gentil
delfín…tú eres el verdadero heredero de Francia e hijo de rey”- y le pidió
que socorriera a la sitiada Orleáns. Agnès Sorel era, probablemente, dieciocho
años menor que él y tuvo una esmerada educación con el propósito paterno de que
escalara en la sociedad. Aunque entró como dama de compañía de Isabel de Lorena,
futura reina de Nápoles, por diez libras al año, pronto llamó la atención de
Carlos VII. Este la nombró “Maitresse en Titre”, amante oficial, en 1444 -fue la
primera que recibió ese título- y le regaló un diamante tallado, valorado en 20.600
escudos. Agnès fue la amante perfecta para el patizambo y casto monarca, que
legitimó a sus cuatro hijos, pero fue acusada de disoluta por las modas que implantó:
colas de ocho metros, peinados piramidales y vestidos en exceso escotados y sin
espalda, de los que Jean Jouvenel des Ursins escribió: “ouvertures…par lesquelles on voit les tétins”.
Se cree que es la modelo de la
Virgen del retablo que hizo Jean Fouquet.
Agnès Sorel como la Virgen, Jean Fouquet
Que bien sabes unir el cuadro y la historia, eres única y formidable.
ResponderEliminarTodas las damas-concubinas francesas han creado escuela en la moda, desde entonces y desde antes.
Saltos y brincos
Por eso la palabra “glamour” es francesa.
EliminarBesos.
Madame Pompadour, Madame Du Barry. Quizá las sufridas esposas les estuviesen muy agradecidas
ResponderEliminarPor supuesto. Y más después de dar un heredero.
EliminarBesos.
María Luisa....desde Brasi, muy buenos días. He visto tu blog como seguidor del mío. Hace días he intentado vistiarte, pero no tenía manera de entrarle. Hoy sí, y te confeso que quedéme maravillado con ça calidad de tus posts. Blog lindo, lleno de Arte.
ResponderEliminarMuchas Gracias por seguirme.
Te sígo y más aun te sigo maravillado!
Un abrazo
Gracias a ti también y espero atravesar el Atlántico.
EliminarBesos.
Pues hermosísima modelo. Los escarceos del lecho eran más tolerable que el enseñar las carnes en público o muchos metros de tela donde no hacía falta. En fin. Encandor post, querida amiga.
ResponderEliminarLos cronistas siempre maldicientes.
EliminarBesos.
Amiga, María. No había tenido la ocasión de visitar a fondo tu hermosa morada. Un post hipnótico donde el gran R. Schefman se fusiona con Jean Fouquet. Sublime elección. Por cierto, ese rey era tan peculiar como el ambiguo y fascinante John Malkovich que lo interpretó en la versión de L. Besson. La pena fue como dejó a la pobre Juana a los pies de los caballos. Cosas de la sangre azul y los eternos sátrapas. Un abrazo y te llevo directamente a mi barra de adicciones.
ResponderEliminarNo he visto la película a la que haces alusión pero se lo he dicho a mi marido y va a buscarla. Él ha quedado encantdo con tu blog. Ya te sigue.
ResponderEliminarBesos.
Very interesting blog, congrats Maria!
ResponderEliminarErmanno
Thanks very much for your comment.
EliminarKisees.
Acusada de disoluta por llevar vestidos enseñando la espalda... pero ser amante oficial si que estaba muy bien visto... Cosas de la época...
ResponderEliminarUn dulce abrazo
Los cronistas siempre con sus pullas contra los poderosos.
ResponderEliminarBesos.