María Luisa Arnaiz
The swallow, Vladimir Dunjic
“El que parecía condenado al celibato disipado…se ha casado. Se ha
casado con una mujer de carne y hueso…y la luna está triste como una novia
desdeñada” nos informa Cansinos Assens y cuenta de paso que cuando el poeta
Ortiz de Pinedo, un untuoso arribista y experto adulón, se acercó a saludar a
Juan Ramón Jiménez, que había estado alejado de los cenáculos madrileños una
temporada, entre otos cumplidos le preguntó si se había casado, mas al punto creyó
ser impertinente y dijo: “¡Pero qué cosas
tengo! Claro que no, naturalmente”. “¿Por
qué naturalmente?” replicó el futuro Nobel. Juan Ramón se casó con Zenobia,
de la que conocía su risa por ser vecino
medianero de los Byne a cuya casa acudía la “americanita”, en 1916 y la vida
intelectual de ella se eclipsó desde entonces para contribuir a la gloria de su
marido. Si durante el viaje de novios ella había anotado escuetamente en su
diario: “nos casamos””, en 1939, tras
exiliarse en La Habana,
escribió: “Con la moral…baja…por no tener
nada que hacer y porque J. R. está en actitud polémica, egoísta e irritable, me
encuentro planeando el resto de mi vida...Voy a tratar de disfrutar parte de lo
que me queda de ella…quiero un cuarto para mí sola para hacer lo que me dé la
gana”.
Ya lo decía Virginia Woolf; "Una habitación propia", tan necesaria...
ResponderEliminarUn abrazo
¡Pobre mujer! ha de ser terrible soportar el mal genio. Estupendamente adecuada la imagen.
ResponderEliminarBesos para ti.
Delicioso, ML.
ResponderEliminarSi hablaran muchas mujeres de genios... Y de no genios, oye, que las féminas han aguantado mucho a lo largo de la historia.
ResponderEliminarMe he divertido.
Un beso.
Interesante blog! gracias por dejar tu huella en el mío!
ResponderEliminarUn abrazo!
Una gran mujer seguro que tenía carácter. Me gusta su última decisión. más vale cortar que aguantar toda la vida.
ResponderEliminarUn saludo:)
Las cosas que se aprenden... quien lo iba a decir!
ResponderEliminarSaludos.
Me has dejado sorprendida. Como siempre muy interesante tus posts, gracias por tu creatividad y talento. Cariños Lou
ResponderEliminarJ'aime beaucoup la composition de cette oeuvre.
ResponderEliminarTengo la impresión que por aquí voy a aprender mucho.
ResponderEliminarCon tu permiso....Me quedo.
Saludos.
Es que estar junto a Juan Ramón, por mucho que lo quisiera, tenía que ser un auténtico martirio.
ResponderEliminarUn saludo
Tú blog es una maravilla; muy completo y muy trabajado. Me encanta y voy a sacarle mucho jugo a tanta indormación. Te sigo de cerca!!
ResponderEliminarMaria Luisa ...tenho ficado surpreso com a beleza das suas postagens ....Com a arte e cultura que espoes tão bem... no curso da HISTÓRIA ...Parabéns Pedro Pugliese
ResponderEliminarMuy perspicaz tu comentario.
ResponderEliminarBesos, Salamandrágora.
Juan Ramón Jiménez se las traía como espécimen.
ResponderEliminarBesos, Sara.
Enrique, gracias. Dos besos.
ResponderEliminarAllá los que educan a las mujeres para que aguanten. Son muchos.
ResponderEliminarBesos, Isabel.
Hola, Camelia: también te agradezco tu gentileza.
ResponderEliminarBesos.
No sé hasta dónde se rebeló Zenobia, pero fue una gran mujer.
ResponderEliminarBesos, m. p. moreno.
Cuántas veces la gloria del marido oculta la brillantez de la mujer…
ResponderEliminarBesos, Ohma.
Suelo pasar un rato agradable exponiendo lo que me gusta. Solo eso.
ResponderEliminarBesos, Lourdes.
J’adore la nature.
ResponderEliminarMerci, Collar Thierry.
Espero que aprendamos, ¿juntas?
ResponderEliminarBesos, acróbata.
Seguro que conoces el carácter del de Moguer, así como lo que tuvo que hacer Zenobia por Juan Ramón.
ResponderEliminarBesos, Emilio Manuel.
Hola, Ire: qué agradable lo que dices. Nos leemos.
ResponderEliminarBesos.
Siempre consigues que me ruborice.
ResponderEliminarBesos, Pedro.