ALIZAQUES
María Luisa Arnaiz
Invitation aux jeux du théâtre, Claude Verlinde
Si llegas, tras
fatigoso viaje, frente a un alcázar todo él labrado de sabarchardas y
circundado de un alto alizaque, no te sientas perdido ni vuelques la almuzara
de tu ira sobre tu gentil guía, cuando es evidente que toda la culpa la tiene
el traductor.
Ana María Shúa
Conforme leía, pensaba: cuantas palabras raras.
ResponderEliminar¡Qué alivio saber que el problema era el intérprete!
Un beso, Marisa.
Yo creí que eran argentinismos y estuve por buscarlos, pero sonreí al terminar de leer.
ResponderEliminarOtro beso.
No sé como he llegado hasta tu blog, pero me ha fascinado.
ResponderEliminarEnhorabuena por ese modo tan especial de escribir.
Saludos
Hola, Víctor: qué agradables son tus palabras. Espero seguir encontrándonos.
ResponderEliminarUn afectuoso saludo.
o también llamados trujamanes, que, por cierto, suena a truhán...
ResponderEliminarAy, qué oficio tan duro.
Ay, también de la necesidad española de los lenguas aun en los bachilleres actuales.
ResponderEliminarBesos.