A PROPÓSITO
DE DEGAS
María Luisa Arnaiz
Artista en su taller,
Degas, 1878
Henri Michel-Lévy, editor y pintor, aparece en este
cuadro junto a dos de sus lienzos: una escena galante a la derecha y un esbozo
de otra a la izquierda cuya figura es el maniquí que se ve en el suelo. Por
enésima vez Degas, siguiendo su postulado de que todo arte es artificio,
utiliza un ambiente cerrado como metáfora de la razón de ser del Arte, habida
cuenta de que ambas pinturas transforman el espacio y sugieren la relación
antitética entre ilusión y realidad. No otra cosa me parece su relación con las
mujeres, a propósito de las cuales Ambroise Vollard reveló: “Es casi un lugar común el “odio” de Degas
hacia la mujer. Sin embargo, nadie (las) ha amado tanto … una especie de pudor,
en el que había algo parecido al miedo, lo alejaba de ellas”. Por el
contrario, Édouard Manet, según Berthe Morisot escribió a su hermana Edma,
decía: “Le falta naturaleza; no es capaz
de amar a una mujer, ni decírselo, ni hacer nada”.
Y es posible que su extraña relación con las mujeres se refleje en esa muñeca contorsionada que se ve a la derecha.
ResponderEliminarUn beso, querida Marisa.
Un blog realmente interesante e instructivo, que me ha sido muy grato descubrir y disfrutar.
ResponderEliminarUn saludo.
Hace tiempo que estoy interesada en Degas, así que iré hablando de él de vez en cuando.
ResponderEliminarNo nos hagas tú esperar, Isabel.
Besos.
También son interesantes los tuyos, Antonio, aunque traten de otras materias.
ResponderEliminarSaludos cordiales.