domingo, 24 de noviembre de 2013

NINFO, NINFA

NARCISO 2050

María Luisa Arnaiz

Michal Macku (fotografía)

   Se deseaba demasiado. Ya no era posible esperar más tiempo. Su cuerpo temblaba anhelando la imagen que podía únicamente acariciar el cristal.
   Malditos científicos. Se suponía que aquella libertad para mutar testículos por ovarios y tetillas por senos debía ejercerse por placer. El mecanismo de transmutación genérica servía para amplificar las posibilidades del goce, no para inducir sufrimiento.
   Se miró nuevamente a los ojos. Solo tenía que oprimir el lóbulo de la oreja; punto exacto en que se ubicaba el interruptor. Apretó los labios. Su sueño era imposible. Nunca podría poseerse, pero había que despedirse. Accionó el botón. Una corriente eléctrica sacudió su cuerpo. Las últimas partículas hormonales se instalaron en las células. El cabello, largo y sedoso, le cubrió la espalda. Admiró la perfección de sus caderas y acarició con la mirada la piel libre de vellos. Se dijo que se amaba. El puño se estrelló contra los labios que sonreían con amargura. Observó sus mejillas fracturadas.
   Tomó un trozo de cristal que intentaba desprenderse de la imagen y lo hundió en el vientre con escisión. La falta de uno de los fragmentos propició la caída de los otros. Uno a uno cayeron al piso como haces de luz sobre la enrojecida superficie. Cerró los ojos y pensó en otr@s que, como él, caerían en la trampa. El inventor de aquella maravilla biotecnológica tuvo que haber vislumbrado, también, la destrucción de los espejos.
  
Angélica Santa Olaya

6 comentarios:

  1. Me ha recorrido un repelús por todo el cuerpo....

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  2. lo mejor de romper un espejo es encontrarse con el mundo real, con nuestro yo y nuestro nosotros, que se parecen mucho. Ninguno perfecto.¡GRACIAS A LA VIDA!
    El mundo al revés, a través del espejo, es curioso, bonito como experiencia contingente. Cuando todo es vivido como nuevo, habría que renacer, deshacer todo el pasado, para olvidar que en otro mundo la vida funcionaba de otra manera, y uno, mal que bien, se había acostumbrado a ella.
    La estima hacia uno mismo, está condicionada por la estima hacia los demás. De lo contrario, entramos en la noche de los cristales rotos, o los espejos rotos.

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  3. Demasiado impresionante, foto y texto.
    Besos!

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  4. Por un momento me sentí involucrado y transportado, menos mal que me salí a tiempo. Impresionante

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