RECUSACIÓN CATALANA
María Luisa Arnaiz
York Lethbridge
Todos sabemos qué
son las puñetas, esas sofisticadas puntillas que lucen los abogados en los
puños de las togas, y todos solemos mandar a los cretinos a hacerlas, pero dudo
de que se use el significado de “hacerse la puñeta”, masturbarse, como sinónimo
de placer al alcance de la mano. Pues bien, obvio la apología de tan sobada
práctica para advertir sobre el vicio del corporativismo que probablemente
llevará a los magistrados del Tribunal Constitucional a hacer la puñeta a los
catalanes a causa de la recusación presentada contra su presidente, Pérez de
los Cobos, por la
Generalitat. Y es que el Gobierno catalán quiere añadir a su
repulsa el discurso que el puñetero
dio en 2006 en su pueblo natal, donde afirmó que “como consecuencia de errores del pasado, varias generaciones de
catalanes han sido ya educadas en el desprecio, expreso o tácito, hacia la
cultura española”. Ay, ese pasado al que tantos apelan (hoy he leído que,
para defender su ley del aborto, el ministro gaviotero de Justicia se ha
remontado a 1931, acusando a los del puño y la rosa de haberse opuesto al voto de la mujer, “No se equivoquen ustedes
como se equivocaron hace ochenta años” dijo el paladín de Pérez de los Cobos). La decisión de los magistrados se sabrá el jueves.
El caso es hacerse la puñeta unos a otros.
ResponderEliminarLa historia se recuerda según conviene, y si hablamos de la reciente es complicado ser imparcial, yo no lo soy, así que procuro leer a todos y formarme mis juicios, pero sigo sin ser imparcial.
ResponderEliminarUn abrazo
Nada como el oscuro baúl del fraserío ocasional a la hora de los arrepentimientos. Feliz madrugada
ResponderEliminarCada uno recuerda el pasado según le interesa y justifica el presente como le da la gana. Más vale que trataran de arreglar el hoy de una vez por todas.
ResponderEliminarSaludos.
Mires donde mires, la sensación es la de que estamos rodeados.
ResponderEliminarUn abrazo.