lunes, 1 de julio de 2013

¿NECESITA CONFIANZA EL AMOR?

EROS Y PSIQUE

María Luisa Arnaiz

 
Pierre Gilou

   Max Fund es un fotógrafo argentino, residente en México, cuya serie “El cuarto”, compuesta por más de cincuenta obras realizadas con técnica digital, tiene como condición la representación explícita de la sexualidad femenina. El cuarto es el marco simbólico para las fantasías o reflexiones del espectador y en el que muestro aparece en primer plano una Venus digitalizada y en segundo, Psique abriendo la caja de Pandora por John William Waterhouse. Cuenta Apuleyo en “El asno de oro” que Psique era una bellísima princesa que provocó los celos de Afrodita a causa de la postergación en que la puso, de modo que pidió a su hijo que le lanzara una flecha para que se enamorara de un ser abominable; sin embargo Eros se cautivó de ella. Como nadie la cortejaba, su padre consultó al oráculo que vaticinó que una horrible serpiente alada la haría su esposa y fue llevada a una colina, donde permaneció a la espera. Cuando se durmió, Eros la transportó a un palacio, en el que solo había unas voces que la servían, y por la noche, a cambio de no ser visto, la poseyó. Así pasó el tiempo. Psique estaba sola durante el día y se acostaba con su amante a oscuras. En una ocasión se reunió con sus hermanas que, envidiosas de su suerte, la convencieron de que guardara una lucerna y un cuchillo para ver y matar al que debía ser el monstruo predicho. Al contemplar la belleza de su amado, se extasió tanto que una gota de aceite le quemó en la espalda y Eros, revelándole su identidad, le dijo “El amor no puede vivir sin confianza” y desapareció. Psique rogó a Afrodita ayuda para recuperarlo y esta le impuso varias pruebas, la última de las cuales fue pedir a Perséfone una caja que contenía la hermosura y que no debía abrir. Ella pensó embellecerse para él, la abrió y cayó en un profundo sueño del que la sacó Eros, deseoso de reencontrarla. Zeus aprobó su unión e hizo inmortal a Psique.  

Venus y Psique, Max Fund

   Pues bien, este mito dio lugar al tópico de la “stilla olei ardenti” (‘stilla’, gota, es decir, la gota ardiente de aceite) para representar la transgresión originada en “la curiosidad femenina” inserta en tantas historias, desde la de Adán y Eva, Lot, Orfeo y Eurídice, “Barba Azul”, etc. 

30 comentarios:

  1. Pienso que los mitos son solo
    eso.
    El amor cuando es puro y real, la confianza
    existe y fluye como un manantial..
    Lindo relato..

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  2. Extraordinario fotógrafo.
    Maravillosa mitología.
    Un abrazo.

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    1. Espero conjugar este verano algún mito más con el fotógrafo.

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  3. Ciertamente la curiosidad es causa, a veces, de sucesos poco apetecibles. No es menos cierto que es absolutamente necesaria para cualquier avance, científico y de cualquier tipo. Lo que parece que no guste mucho es que seamos curiosas las mujeres. ¿Por qué habría de amar Psique a un sujeto al cual no había visto jamás y al que le faltaba la confianza suficiente en ella como para mostrarse tal cual era? La confianza hace falta en el amor, estoy segura, pero tiene que darse en las dos direcciones... Besazos, querida amiga, interesantísimos el fotógrafo y el post.

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    1. En este mito se estigmatiza una vez más a la mujer.

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  4. ¿ Por qué confiar en alguien que se oculta en la noche y en la oscuridad ? Nada de curiosidad, se trata de seguridad.
    Besotes

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    1. Es la prepotencia masculina lo que salta a la vista en el mito.

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  5. Más vale no poner a prueba el amor nunca, por si acaso. Hay cosas que no se pueden recomponer.

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    1. Si todo pasa, ¿por qué iba a permanecer un concepto?

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  6. Tú misma eres un mito ¡Qué "muhé"!

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  7. El "AMOR" no necesita confianza, ya viene incluido en él. La desconfianza provoca los celos y todo eso, no es amor. El amor es un todo para dos corazones que laten con el mismo ritmo, y todo lo demás no existe.... Bonita entrada, querida amiga María Luisa. Un beso.

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    1. Mientras existe, pero la experiencia habla de otros casos.

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  8. Otra vez, gracia por tu bella lección de mitología clásica. Cuando el amor te hace feliz, no es conveniente buscar explicaciones.
    Un abrazo.

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  9. Fascinante tu relato de esos acontecimientos mitológicos y las imagenes que te lo enmarcan, a la perfección... porque primero son tus palabras!!
    Abrazo fuerte!

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    1. Intentaré dar un nuevo sesgo a ciertos mitos con Fund.

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  10. Boquiabierto, María Luisa. Me encanta leerte.

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    1. “Cuando guste, estoy pronta” (Nacha Guevara en “El vals del minuto”).

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  11. Pues pienso que el amor como es el antagónico del egoísmo, no necesita confianza, para que?
    y también pienso que se puede amar a varias mujeres/hombres a la vez, porque no?
    Es como al que le gusta el vino y tiene un preferido, si es que conoce pocos, pero si conociera muchos, les gustarian muchos mas. Lo dicho, el amor NO necesita confianza
    Salud

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    1. En todo trato prima la confianza, confianza que se puede transgredir.

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  12. pues yo creo que eros solo se comporto un cerdo asqueroso en celo constante que abuso de la confianza de la pobre e ingenua psique solo fue un perro sarnoso y cobarde que encontró un sabroso filete y se lo zampo de forma pecaminosa obscena y compulsiva aprovechándose de su puta invisibilidad y de la atadura de manos de la pobre psique al fin y al cabo quien iba a creer a una desequilibrada con delirios mesiánicos de otro mundo menos mal que al final el gran Zeus del palacio zarangollal envio a semejante sabandija al reinado de la aljorra a seguir cultivando buena fama y suplicando una estatua de eros con cara de panocho a.j. perro sarnoso

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    1. Eros exigió por puro machismo. Una muestra de lo que significa el patriarcado.

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  13. I like so much all your posts! congratulations! :)

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  14. La confianza es una flecha abierta con dos puntas, y eso significa que se obtiene con el tiempo y con las demostraciones de la otra parte. No se puede exigir confianza de aquel que no conocemos, y este tampoco exigirnos nada. Primero el conocimiento completo, el resto viene por añadidura.
    Un beso.

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    1. “Flecha abierta”, bonita metáfora para la confianza.

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