María Luisa Arnaiz
Mark Arian
“Un Kama Sutra
español” es el primer tratado erótico escrito en castellano por un anónimo
morisco expulsado de España en 1609. El manuscrito, que “desmiente dos milenios de educación sexual cristiana”, permaneció
olvidado hasta que Luce López-Baralt lo dio a conocer en 1992. No se trata de
un libro pornográfico sino de un manual para instruir en los placeres eróticos.
Así, el autor expone que “antes del acto (hay
que) jugar…en todas las circunstancias de
gusto que pueda, besando, abrazando y tentando, para que con esto se contenten
los dos…de suerte que, encendidos en gusto, ella pida a su marido la obra y él
la ejerza con fuerza”. Luego habla de posturas y, aunque hay las que no son
de su agrado, “no la pongas a cuatro
pies, que es trabajo para ella”, se apoya en un versículo del Corán para afirmar
que todas son legítimas: “Vuestras
mujeres son vuestra campiña. Id a vuestra campiña como queráis”. Llegado el
momento culminante dice: “al tiempo de
querer meter el miembro, refregarlo en los labios del vaso (vagina), porque se altere más él y ella…que se
detenga él lo más que pueda en derramar, hasta que lo hagan los dos a un tiempo”.
El exiliado sorprende pues defiende el sexo oral: “que lo mire (el vaso) hasta
lamerlo con la lengua”. ¡Qué clarividencia la de este español!
Pinta bien, pero sin haber leído el libro lo hemos hecho bien, casi como si lo hubieramos estudiado, será que la pericia y la afición son buenas compañeras. Abrazos
ResponderEliminarMateria tan necesaria no puede reprimirse.
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Pues debíamos, sobre todo, leerlo muchos hombres.
ResponderEliminarRecuerdo que una amiga se quejaba a otra de que su marido, haciendo el amor, se dormía en el acto. La amiga le dijo: pues tú tienes suerte, el mío se duerme antes del acto.
El Corán dice que la coyunda debe ser placentera. Manos a la obra.
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Es que para todo hace falta suerte en la vida.
ResponderEliminarDicen que si en el casar aciertas en nada yerras.
Si en los abrazos amorosos no hay suerte, ¡qué tragedia!
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Supongo que la clave está en lamerse hasta el más oscuro detalle.
ResponderEliminarQue bueno encontrarte María Luisa :)
Salud!
Sin duda. Nada de mojigatería ni represión.
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Sorpresas te da, siempre, el conocimiento, María Luisa. Yo me crié a la francesa, en todo, y es realmente enriquecedor saber que el poso del vino acaba, siempre, en la solera, como debe ser.
ResponderEliminarYo fui rebelde pero durante mi lectorado francés aprendí que no veas.
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Grazie di essere passata da me. A presto, Ely.
ResponderEliminarComplimenti!
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me ha gustado el comentario de Ester !! jajajaj, y a mi me paso como a ella...jajajjajaja besosss
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