María Luisa Arnaiz
Santiago Carbonell
El jesuita John F.
Craghan interpretó que el “Cantar de Salomón” encubría un ritual sobre la
fertilidad basándose en que los cananeos cantaban himnos en honor de Ishtar y
su amado Tammuz el octavo día de su matrimonio sagrado, hierogamia, cuya celebración tenía lugar en primavera para atraer
la fecundidad de la tierra. ¿Será un lejano recuerdo de este rito el que los judíos
lean el sábado de Pésaj, celebración de la “Fiesta de la Primavera”, un fragmento
del “Cantar de los cantares”, preludio de que la vida se renueva en la naturaleza:
“Levántate, oh amiga mía, hermosa mía, y
ven. / …ha pasado el invierno, la lluvia se fue, ya reaparecen las flores en la
tierra, el tiempo de la canción ha llegado”? Lo más significativo es que
toman otro verso del “Cantar”, “Yo soy la
rosa de Sarón”, como referente del deseo de procrear, siendo esta la causa
de que pinten rosas en sus certificados de matrimonio (no tener hijos es
nefasto para una judía; recuérdese que las hijas de Lot los tuvieron con su
propio padre). Esa rosa, “shoshaná”, origen
del nombre Susana, es el narciso, flor
que llevaban como símbolo de fecundidad los dioses de la fertilidad cananeos.
¡Cuántas costumbres e ideas debemos tener aún de nuestro pasado más remoto! Aun cuando ya no se conozca su origen con certeza (o sólo se intuya), resulta emocionante. Bueno, para mí lo es. Me impresionó mucho saber que un juego que yo he jugado de niña, que consistía en dibujar unos cuadrados en el suelo, numerados, y saltar a la pata coja de uno a otro empujando una piedra (en mi pueblo se llamaba "tanco", en otros sitios "rayuela", etc), es un juego prehistórico...
ResponderEliminarRespecto al Cantar de los Cantares, el poeta y editor de "El toro de barro", Carlos Morales, tiene una versión al castellano maravillosa. Si no me falla la memoria, la tiene puesta en su blog "El toro de barro". Un abrazo.
Cuando se descubren similitudes o identidades con el pasado, qué cierto es que no hay nada original.
EliminarBesos.
Bravo! Ganz wunderbar.
ResponderEliminarLiebe Grüße!
You're right.
EliminarKisses.
Impresionante, como siempre, querida María Luisa.
ResponderEliminarNo me extraña que cojan fragmentos del "Cantar de los Cantares" para rituales de ese tipo. Es un libro de amor maravilloso.
Un abrazo grandísimo.
Si no me lo aprendo es por el placer de volver continuamente a él.
EliminarBesos.
Que bien me hubiera venido tu entrada de hoy, cuando tuve que hacer un trabajo escolar, sobre "El Cantar de los Cantares" para una de mis hijas. Me ha encantado. Un abrazo
ResponderEliminar¡Lo que hacemos! A ver qué nota saca la mamá.
EliminarBesos.
ME DEJAS MARAVILLADO LEYÉNDOTE, ML. Me quedo con el concepto subliminal que me ofrece la “shoshaná”. Te lo "robo", claro, para que lo lean mis amigos de Bitácoras, de Linkedin y de Twitter. Para mi es como ir a la escuela. Feliz noche.
ResponderEliminarTú si que me asombras con las tecnologías. Yo ando aún con buril.
EliminarBesos.
That's a mesmerizing painting! Thanks for sharing it!
ResponderEliminarY our words are always encouraging for me.
EliminarKisses.
Siempre un placer leerte, me voy siempre sabiendo mas cosas, gracias. Besos
ResponderEliminarCuánta amabilidad de tu parte y cómo te lo agradezco.
EliminarBesos.
Nesta primeira visita, deixo o meu abraço
ResponderEliminarEncantada com teu blog assim como o post.
Gracias!
Beso
Tus palabras me estimulan para seguir.
EliminarBesos.
wowww,, very romantic.. :))
ResponderEliminarTanto si te refieres a la boda de Ishtar y Tammuz, como al “Cantar” o al cuadro, es cierto que hay un halo romántico en lo expuesto.
ResponderEliminarBesos.