María Luisa Arnaiz
Dimitar Voinov, Jr.
En el capítulo
veintiocho de la primera parte del “Quijote” aparece un caso de travestismo: “detrás de un peñasco vieron sentado al pie
de un fresno a un mozo vestido como labrador… se quitó la montera, y sacudiendo
la cabeza a una y otra parte se comenzaron a descoger y desparcir unos cabellos
que pudieran los del sol tenerles envidia. Con esto conocieron que el que
parecía labrador era mujer, y delicada”. Era Dorotea, una de las dos únicas
mujeres que Cervantes califica de “bellísima”
(la otra es Zoraida), por tanto no se trataba de un hermafrodita como lo fue la
monja capuchina de Granada que cambió de sexo en 1791. Natural de Zújar, Fernanda
Fernández se asombró ante “la extrema
novedad de ir la naturaleza desplegando o echando fuera el miembro virginal”
tras quince años en el convento. Sus confesores la tomaron por perturbada
cuando les habló de no sabía bien qué y le prohibieron los
sacramentos pero, advertido el Arzobispado, se autorizó, para que la reconociera,
a “una comadre con la sola asistencia de la Abadesa ”. Dictaminó:
¡hombre! Fue expulsada de la comunidad y regresó a su casa como Fernando.
En aquellos años había tanto desconocimiento como en estos. Que despacio avanzamos. Un abrazo
ResponderEliminar¿Y cuánta humillación le esperaría a la/el pobre?
EliminarDe acuerdo con Ester. Aunque rectifico y digo que en estos tiempos hay tanto desconocimiento como en aquellos.
ResponderEliminarY vuelvo a rectificar.En estos no es desconocimiento, es falta de humanidad y amor a los demás.Falta de comprensión y sobra de prejuicios. Insolidaridad.
Estoy pensando en Francia.
Deplorable.
¡Ay, los prejuicios! Son propios de la represión.
EliminarLo que disfruto co tu floresta...
ResponderEliminarA mí me encantaría ser hermafrodita. Debe ser muy práctico, pienso así en frío, aunque a saber...
Besos.
No te arrendaría las ganancias.
EliminarEntonces pudo ser desconocimiento, ahora solo es intolerancia, incluso miedo y rechazo a lo diferente.
ResponderEliminarComo anecdota: Un xico conocido mio contaba a su madre que era homosexual y ella respondía "calla hijo, no digas nada que igual se pasa" Y este chico comentaba a las amigas "Pero se pensará mi madre que esto es un resfriado"
Besos
Siempre el miedo al diferente.
EliminarSer hermafrodita, al margen de la realidad médica y dependería del potencial hormonal en cada caso. En determinados círculos suele entenderse como una actitud emocional o mental o ambas ante la vida. Bs.
ResponderEliminarEl lado hombre o mujer nos acompaña.
EliminarInteresante el capítulo 28 de la primera parte del Quijote, aunque hemos avanzado mucho aún queda manchas negras, para mi tiene el respeto quién sea, independientemente de su orientación sexual, lo que importa son los sentimientos,,, un abrazo.
ResponderEliminarTu pensamiento me alegra. Olé la ecuanimidad.
EliminarSiempre he dicho que las simplificaciones son peligrosas, y en lo tocante a la humana condición, ni digo. Sin embargo nos empeñamos en encasillar todo en una dualidad tan simple que, por simple, es incompleta y conduce a la mentira; y lo que es peor, a la injusticia y al dolor.
ResponderEliminar¡Cuántas maneras de reprimir la “humana condición”!
EliminarEscenas que enriquecen nuestra capacidad de entendimiento, María Luisa. Gracias.
ResponderEliminarA nosotros, seguro; a los energúmenos, ni hablar.
EliminarEsperemos que esa intransigencia se vaya diluyendo.
ResponderEliminarNo sé. Hay tantos que hablan con boca pequeña…
Eliminar¡Como han cambiado los tiempos ¿Verdad?
ResponderEliminarTe mando un saludo desde Madrid
Aunque las rarezas de la natura mira que hacen estragos.
Eliminar"...y regresó a su casa como Fernando".Porque tuvo la suerte de vivir a finales del XVIII y principio del XIX que si llegan a descubrirla en el terrible siglo XVI no se libra de la hoguera.
ResponderEliminarY luego está el detalle de los confesores,en vez de callarse como mandaba el secreto de confesión se fueron con el cuento al Arzobispo...es la iglesia,genio y figura.
Interesante relato.
Saludos.
Probablemente habría ocurrido lo que dices. Lo otro, ¡ya!
EliminarNada es lo que parece.
ResponderEliminar¿Os imagináis que eso pasara en la jurisdicción de Rouco Varela?
Se me abren las carnes.
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