REQUIEM POR LA ENSEÑANZA

INFELIZ MEMORIA

María Luisa Arnaiz

Carmen Mansilla

   Siempre he discrepado del método de enseñanza, tan practicado en España, consistente en memorizar frente a razonar y argumentar pues conduce a que se premie la reproducción más que el análisis crítico; tampoco me he plegado a que los conocimientos se viertan exclusivamente  por medio de la escritura y no de la palabra (el alumno escribe, el profesor habla). Hubo un tiempo en que gozó de gran prestigio la memoria pero, desde que se empezó a estudiar en el extranjero, se supo de las carencias de nuestro sistema educativo y hemos probado nuestra “medicina”. Decía Borges que “memorizar no es pensar”, pues bien, sirva la declaración para recordar que el amanuense que probó su pluma en la última hoja del códice “Flor de Cirugía” de Fernando de Córdoba (la ‘probatio calami sive pennae’ era la prueba del cálamo o de la pluma que hacía el copista al disponerse a escribir) dejó de memoria dos versos del romance “Muerto yace Durandarte”, al que el paladín de Carlomagno, Montesinos, sacó el corazón para llevárselo a su amada Belerma. Mañana la ley Wert saca del sistema lo que conviene al partido que gobierna, a sus financieros y a la Iglesia. ¡Ay, corazón!