jueves, 20 de febrero de 2014

LIBERTAD, PÉRDIDA DE INOCENCIA

EL HOGAR

María Luisa Arnaiz

Brian Scott

   La niña solo tenía cuatro años, sus recuerdos, probablemente, ya se habían desvanecido y su madre, para concienciarla del cambio que les esperaba, la llevó a la cerca de alambre de espino; desde allí, de lejos, le enseño el tren.
   - ¿No estás contenta? Ese tren nos llevará a casa.
   - Y entonces ¿qué pasará?
   - Entonces ya estaremos en casa.
   - ¿Qué significa estar en casa? -preguntó la niña.
   - El lugar donde vivíamos antes.
   - ¿Y qué hay allí?
   - ¿Te acuerdas todavía de tu osito? Quizás encontremos también tus muñecas.
   - Mamá, ¿en casa también hay centinelas?
   - No, allí no hay.
   - Entonces ¿se podrá escapar de allí?

István Örkény

11 comentarios:

  1. bendita inocencia...espero que su futuro fuera muy feliz y libre de ir y venir !!! saludos

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  2. Tremenda realidad la de esta madre y esta niña.
    Es un micro escalofriante.
    Un beso bien grandote.

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  3. Si admitieras tacos, aqui cabe uno.
    Que facil es llegar al corazón empuñando un niño. Lo peor es que puede ser cierto. Abrazos

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  4. GENIAL!!! no puedo decir otra cosa.
    Saludos

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  5. Sin apoyos históricos, has conseguido un genial microrelato, que hiela la sangre.
    Enhorabuena.
    Un abrazo.

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  6. Crudo relato, María Luisa, que no se aleja demasiado de la realidad que viven muchos niños, cuya infancia no debería verse limitada por ningún tipo de "alambrada".
    Un abrazo y feliz fin de semana

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