BÉCQUER, UN MITO

MORBO GÁLICO

María Luisa Arnaiz

Olivier Valsecchi (fotografía)

   Hímero, el deseo, y Eros, el amor, tuvieron, según las versiones, otro hermano, Anteros, el desamor. Este ‘putto’ simboliza el amor correspondido y consecuentemente se venga del que no lo es. Le pasó a la Torralba que, tras verse “desdeñada” por Lope Ruiz, “le quiso… más que nunca le había querido” pero él la había aborrecido por darle celos “que pasaban de la raya y llegaban a lo vedado” (“El Quijote”). ¿Cómo se vengó nuestro romántico por excelencia?

Una mujer envenenó mi alma,

otra mujer envenenó mi cuerpo,

ninguna de las dos vino a buscarme;

yo de ninguna de las dos me quejo.

Como el mundo es redondo, el mundo rueda.

Si mañana, rodando, este veneno

envenena a su vez, ¿por qué acusarme?

¿Puedo dar más de lo que a mí me dieron?

   El veneno fue la sífilis. ¿El poeta del amor? ¡Ah, Bécquer, cómo se construyó tu mito!