UNA CLASE DE PROSTITUCIÓN

petits rats

María Luisa Arnaiz

Danseuse lacant ses chaussons, Degas

   Rilke escribió a propósito de las “petits rats”: “Elles surprennent ces jeunes filles à qui toute la vie tombe peu à peu dans les jambes de sorte que sur leur front ne revient que le reste d'un souvenir de ce qu'elles n'ont jamais connu, qui se perdra bientôt dans un sourire appris”. Y es que las “petits rats” eran bailarinas, niñas entre doce y quince años, que practicaban un duro entrenamiento antes de poder salir ocasionalmente a escena como figurantes en su segundo año de dedicación a la danza. Durante el tercero se decidía su suerte: o seguían su carrera, o eran despedidas; si continuaban, tenían por delante ocho años de intensa formación hasta conseguir pequeños papeles. Sus madres o tías las acompañaban a las clases, siendo frecuente que negociaran con los que merodeaban por los pasillos de la rue Le Peletier o en la Ópera Garnier en plan admirador, para ofrecerlas al mejor postor. Algunas de ellas se convertían en “cocottes” de lujo con el hipócrita consentimiento de su familia y así en “Madame et Monsieur Cardinal” Ludovic Halévy, el amigo de Degas, caracterizó a Pauline y Virginie Cardinal, personajes que en potencia eran cada una de las bailarinas perpetuadas por el pintor.

La classe de danse, Degas, 1880

Le cours de danse, Degas, 1881

 

L’attente, Degas, 1882

Petits rats, Degas