ANÉCDOTAS REALES
María Luisa Arnaiz
Günter Blum
(fotografía)
Recoge
Rodríguez-Moñino en “Dichos graciosos españoles” esta anécdota: “Se cuenta que Velasquillo, truhán del rey
don Fernando el Católico, había perdido una haca y no la podía hallar. Subióse…
a un árbol de donde se descubría el rey y la reina que estaban burlando y diciéndole el rey que le
mostrase las piernas, la reina lo hizo, y dijo el rey «Paréceme,
señora, que veo todo el mundo». Oyéndolo Velasquillo, dijo
desde el árbol… «Decid: ¿Viste por allá mi haca?». La reina recibió de esto gran enojo, y teniéndolo por caso de
traición, mandólo ahorcar… lo cual al fin más fue por ponerle miedo que por
ejecutar en él sentencia de muerte”.
Günter Blum
(fotografía)
La condesa d’Aulnoy
refiere esta otra a propósito de Mariana de Austria, la quinceañera sobrina de
Felipe IV con la que casó hecho una ruina: antes de llegar a Madrid, en un
lugar “donde se hacen muy buenos
guardapiés y camisolas y medias de seda, le ofrecieron una gran cantidad de
diferentes colores. Pero el mayordomo mayor, que guardaba... la
gravedad española, se enfadó por aquel regalo; cogió todos los paquetes de
medias… y, tirándoselos a la cara a los diputados de la ciudad, les dijo: «Habéis de saber que las reinas de España no tienen piernas». La joven interpretó la frase literalmente “y empezó a llorar diciendo que quería volverse a Viena y que, si
hubiese sabido antes de su salida que pensaban cortarle las piernas, hubiera
preferido morir mejor que ponerse en marcha”.
A las aspirantes a reinas habría que recordarles ese dicho murciano: si quieres el cogollo de la col, tienes que coger las hojicas de alrededor...
ResponderEliminarSalu2, Mª Luisa.
Tienen piernas y deberían poniendo una delante de la otra empezar a caminar hasta salir de aquí, donde tres veces se las ha echado y siempre vuelven, y lo hacen altivas y no con el rabo entre las piernas porque saben que no tienen piernas. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas tienen bien larga las piernas. Tentáculos de poder
ResponderEliminarY parece que no tienen, ni tampoco dignidad, sino ya habrían salido corriendo.
ResponderEliminarYo solo lo habia oido referido a no fijarse demasiado en las piernas de la pareja de otro, con aquello de: las mujeres de mis amigos no tienen piernas.
ResponderEliminarTan recónditas eran las piernas de las reinas por no verlas que se dudaba de su existencia. No así las de las plebeyas, mucho más fáciles de encontrar que una aguja en un pajar...
ResponderEliminarTienes mucho ingenio, Maria Luisa. Me río contigo siempre.
Ah, y sabes poner siempre las imágenes perfectas.
ResponderEliminarSaludito.
que bien escribe usted , señora... besoss
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