sábado, 20 de abril de 2013

CÓDICES

DE LIBROS Y BIBLIOTECAS

María Luisa Arnaiz 

Daniel F. Gerhatz

   Desde principios del siglo IX las bibliotecas de los monasterios desempeñaron un papel primordial aunque la mayor parte de sus colecciones estaban constituidas por las obras de los cuatro Padres de la Iglesia. Un monje podía copiar tres o cuatro “libros” de tamaño medio al cabo del año con buena caligrafía y variada decoración, utilizando tanto el pergamino (palabra derivada de Pérgamo) como la vitela, piel más cara que aquel, mientras que los “libros” de las Universidades, con letra pequeña y numerosas abreviaturas, eran alquilados para copiarlos a copistas profesionales por quienes tenían la copia de un ‘exemplar’ sin encuadernar. El amanuense doblaba las pieles por la mitad, las agrupaba en cuadernillos de ocho hojas para hacer el “libro”, las rayaba, escribía en columnas usando plumas del ala izquierda de gansos o cisnes y las decoraba siguiendo los modelos de un álbum. El códice, manuscrito anterior a la imprenta, se miniaba con bermellón (de donde “miniatura”, dibujo pintado con minio) y se iluminaba con oro o plata. El papa Celestino III poseía a finales del XII cincuenta y seis códices, la mayor colección privada de entonces, y Robert de Sorbon donó a mediados del XIII sesenta y siete para crear la biblioteca de la Sorbona.

34 comentarios:

  1. Tantas veces he soñado que podía dedicar mi vida a eso, a ser amanuense. Gracias por este apunte, me ha dado paz. Abrazos

    Mabel

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  2. Cada uma da vezes que por aqui passo no seu belo blog fico a saber mais, vou voltar mais vezes.

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  3. Que bonitos son los libros, ya se que son para leerlos, pero algunos son preciosos y me gusta admirarlos. Espero que en un futuro no regresemos a tener una biblioteca de sesenta y siete libros.
    Un abrazo

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  4. Leer un libro, tocarlo, olerlo... ¡es una auténtica gozada! Como verás estoy a favor del soporte papel.

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  5. En la Basílica de Guadalupe, Cáceres, me informaron de que los pergaminos utilizados para los libros sagrados tenían que ser de terneros, tanto por las propiedades de la piel como por la virginidad del animal. No me quedó claro si lo que le entregaban a los monjes era la piel o todo el animal, tratándose de terneros más bien me inclino a pensar que lo segundo.

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    1. La vitela es piel de ternera. Ya ves, de la hembra… ¡todo!

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  6. MUCHAS GRACIAS POR COMPARTIR ESTA INFORMACIÓN.
    UN ABRAZO

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  7. VErdaderas obras e arte que nos han sido legadas por anónimos que entregaron su vida a la paciencia y la perfección.

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  8. Sabiduría excelsa.
    Gracias María Luisa.

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  9. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  10. Debemos conservar los libros en el devenir, para futuras generaciones…esto me recuerda que pasé tres años en un seminario- monasterio, junto a una cartuja, la vida de éstos muy interesante y ejemplar…Abrazos

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  11. Yo no sé donde ponerlos ya...pero ahí siguen, esperando otro fututro.

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  12. Interessante. mas isto também fazia com que eles - os padres - pudessem modificar à vontade aquilo que copiavam.

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    1. Es cierto. No difundían el saber y mantenían argumentos de autoridad.

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  13. y paciencia y templanza y caridad para el futuro...

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    1. Probablemente esas virtudes apenas signifiquen mucho hoy.

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  14. interesante lo que señalas
    no sabia nada de eso
    el libro es sin dudas algo que no se reemplazará con nada...

    saludos!

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  15. Una de mis mayores alegrías de chica era poder leer, la imginación volaba y me atraía enormemente la lectura...hoy, a mis "taítantos" años sigo igual...

    Te deseo un estupendo verano allá dónde vayas.
    Un abrazo.

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  16. Uno de los primeros dibujos de mi hija mayor (que tuvo que interpretarme) fue "mamá con un libro". Yo sigo como tú.

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